
Contaminación en los hogares
Todos estamos a vueltas con el medio ambiente, contaminación, reciclaje, nuevos contenedores orgánicos… Las cifras que miden el impacto de la contaminación son alarmantes, con un impacto claro en la calidad de la vida humana: se contabilizan unos 700 mil fallecidos en Europa a causa de las malas condiciones del aire, casi 9 millones en todo el planeta.
Todos miramos hacia fuera cuando hablamos de contaminación en las ciudades, pero como dice el proverbio chino, antes de salir al mundo, da una vuelta a tu propia casa: descubriremos entonces, como recientemente ha hecho el estudio de la Universidad de San Diego publicado en la revista Plos One, que en la contaminación en los hogares podemos encontrar 10 veces más sustancias tóxicas que en la calle.
La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos ya había alertado sobre la cantidad de sustancias tóxicas que se pueden derivar del uso de productos y materiales totalmente inscritos en nuestra cotidianeidad, y cómo las casas pueden funcionar como depósitos acumulativos de las mismas, con especial perjuicio para los menores de la casa.
La mejor observación para entender el fenómeno es la ofrecida por un artículo publicado en la revista Science, donde el profesor Joost de Gouw explica cómo, mientras que las emisiones generadas por el transporte han ido disminuyendo en las últimas décadas, las generadas en los hogares han ido aumentando inversamente y pasando desapercibidas.
Y esto ocurre a la par que nos convertimos en una “especie que habita interiores”: según una encuesta realizada por Velux pasamos 90% del tiempo en casas u oficinas, y según Russel Foster de la Universidad de Oxford, la humanidad, en cuestión de dos siglos, ha pasado de tener un 90% de su población trabajando en exterior, a menos de un 20%
Agentes contaminantes en los hogares
A continuación, enumeramos la lista de agentes más frecuentes en la contaminación de los hogares:
- Tabaco: son bien sabidos los efectos perjudiciales del tabaco, y aún más, las casas donde se fuma presentan el doble de partículas nocivas que en las casas donde no se fuma.
- Productos químicos como pinturas y barnices. Se recomienda que cuando los empleemos, procuremos que sean productos libres de plomo y a ser posible la ecoetiqueta AENOR.
- Productos de limpieza: Paradójicamente, un exceso en el celo higiénico de nuestro hogar puede acarrear mayores tasas de partículas contaminantes y nocivas en el aire desprendidas de lejías, amoníacos etc.
- Productos aromáticos: velas, aromatizadores, inciensos…
- Elementos arquitectónicos:
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Los aislantes sintéticos a partir de espuma de poliuretano, lana de vidrio o poliestireno. Por eso, actualmente se están empezando a emplear aislantes térmicos compuestos a partir de elementos reciclados como papel, paja o trozos de tela.
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El PVC que desprende ftalatos.
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La madera conglomerada, que puede desprender formaldehído.
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Las viejas tuberías de plomo o hierro galvanizado, que además conllevan penalizaciones a la hora de contratar un seguro de hogar.
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Emisiones electromagnéticas.
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La cocina también es un foco de contaminación: freír, hacer unas tostadas, cocer…. Es recomendable, por ello, mantener la cocina aislada del resto de la casa.
Cómo evitar la contaminación en los hogares
Además de las recomendaciones expuestas en el punto anterior, la medida más fundamental para evitar la contaminación en los hogares dentro de lo posible es tratar de ventilar y mantener aireada nuestra casa, sobre todo después de cocinar o limpiar.
Una opinión generalizada es que las plantas contribuyen a mejorar el ambiente del hogar, y sin que sea del todo incierto, esta opinión dimana de un artículo que la NASA publicó el siglo pasado y que se ha visto refutado recientemente por un artículo publicado en el Journal of Exposure Science and Environmental Epidemiology: las plantas ayudan a purificar el aire, sí, pero no lo hacen con la misma rapidez y eficacia que el simple hecho de ventilar nuestra casa.