Uso de la crema solar: consejo médico Almudena Salud
Llega el calor, el verano, las piscinas, la playa, y tomar el sol para poder lucir una piel bronceada es una de los principales atractivos de la estación estival. Pero cuidado: algunas precauciones -y una buena crema solar- nos ayudarán a prevenir los posibles efectos nocivos.
El sol y la vitamina D
La luz solar es una fuente de energía fundamental tanto para el planeta como para nosotros. El sol ayuda a nuestro cuerpo en el proceso de sintetizar la vitamina D, pero para ello, tomar el sol sin crema solar 5 minutos al día serían suficientes, y siempre es preferible intentar obtener esta vitamina a través de alimentos (como las setas, el huevo, pescados grasos como el atún o el salmón u otros alimentos como la leche o los cereales en los que se indique el añadido de esta vitamina) o a través de suplementos vitamínicos.
De esta manera, cuando llega el verano y nos tumbamos horas y horas al sol hasta casi “achicharrarnos”, debemos ser conscientes de que, a pesar de que una piel bronceada suele ser sinónimo, en la actualidad, de vitalidad y salud, tomar el sol y broncearse puede resultar nocivo si no aplicamos una serie de precauciones mínimas.
Crema solar y crema lunar
Antes de sumergirnos en nuestros consejos para el buen uso de la crema solar, nos gustaría incidir en una curiosa reflexión histórica y cultural sobre este tema de las pieles bronceadas. Si retrocedemos a finales del siglo XIX principio del XX, el símbolo de una piel morena y bronceada tenía un significado totalmente opuesto al que tenemos nosotros actualmente. ¿Por qué?
En aquella época, culturalmente, el símbolo de la distinción, la elegancia y el poder adquisitivo era una piel blanca, lunar (impulsada también por el estereotipo femenino de la poesía romántica). Una piel blanca era símbolo de belleza, alma, poesía, aristocracia, pensamiento, trabajo no físico. Una piel morena, por el contrario, era símbolo de trabajo físico, horas y horas de necesidad bajo el sol, de escasez, precariedad. De ahí tantas estampas de señoritas decimonónicas tomando el sol con delicadas sombrillitas al hombro.
No hace falta ponerse gafas de sol para ver que el verano le ha dado completamente la vuelta a la tortilla del estereotipo de belleza, y que conseguir el bronceado perfecto no es algo por lo que debamos obsesionarnos.
Seis consejos para prevenir los efectos nocivos del sol
Comenzamos ya con nuestros consejos para una perfecta Protección Solar Almudena:
- Utilizar ropa que nos cubra lo máximo posible: gorras, sombreros… Usar también gafas de sol: protegen los ojos, los párpados y la piel delicada alrededor de los ojos de los rayos UV. Además, usar gafas de sol reduce el riesgo de padecer cataratas en el futuro.
- Usar crema solar: El factor de protección solar (FPS) mide el tiempo que tarda uno en quemarse. De esta manera, si sin protección tardaríamos, por ejemplo, unos 10 minutos en empezar a quemarnos, un FPS de 12 retrasaría ese tiempo 12 veces, es decir, tardaríamos 120 minutos en quemarnos. Lo ideal y recomendable es usar un FPS de 30.
- Aplicar la crema solar una hora antes de salir y volver a aplicar cada 2-4 horas en buena cantidad.
- Evitar tomar el sol entre las 11 y las 15 h.
- Evitar la exposición al sol en los menores de 6 meses.
- La mayoría de la radiación que recibimos a lo largo de nuestra vida la recibimos antes de los 20 años de edad, por lo que hay que fomentar el uso de crema en este rango de edad.
Así que ya sabéis, este verano días de sol, playa y relax, pero eso sí, no olvidéis poner, al buen tiempo, mucha y buena crema.