Con la llegada del verano, una de las recomendaciones más reiteradas por los especialistas es la de hacer uso de protección solar, pero, ¿realmente sabemos escoger la más adecuada? A continuación, os damos unos tips para que nuestra compra sea la adecuada.
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Lo primero que debemos saber es que existen en el mercado filtros físicos y filtros químicos.
Los filtros físicos hacen que los rayos ultravioletas “reboten”, no son absorbidos por la piel y tienen un factor de protección mayor, por lo que son los indicados, por ejemplo, para los menores de 2 años, pieles reactivas, sobre cicatrices recientes, tras tratamientos que fotosensibilicen etc. Sin embargo, suelen ser menos agradables de usar por ser más densos y de peor absorción, dejando ese aspecto blanquecino característico de los bebés en playas y piscinas.
Los filtros químicos lo que hacen es penetrar en nuestra piel y protegerla “desde dentro”, impidiendo que nuestras células absorban la radiación ultravioleta. Son más agradables en el uso, no dejan residuos blanquecinos y suelen ser la forma de protección más habitual en adultos sin problemas dermatológicos.
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¿Cuándo aplicarla?
Es habitual ver a la gente aplicando la protección solar al llegar a la playa o piscina. Esto es un error en el caso de los filtros químicos. Hemos de aplicar la crema al menos 30 minutos antes de la exposición solar para que realmente sea efectiva.
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¿Qué significa el factor de protección?
Estamos habituados a ver cremas +15, +30, + 50 etc. pero ¿sabemos lo que significa? Pues muy sencillo: es el número de veces que se aumenta nuestra “defensa” natural contra las quemaduras. Si sin protección tardo 1 minuto en quemarme con una protección, con +30, tardaré 30 minutos. Por eso es tan importante reaplicar la crema cada “x” tiempo (depende de la protección que estemos usando) mientras dure la exposición solar.
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Adaptar la elección
Cada uno de nosotros tiene un tipo de piel (fototipo), unas circunstancias (embarazo, tratamientos fotosensibilizadores, patologías etc.), las exposiciones al sol no siempre se realizan en las mismas circunstancias (más cercanos al Ecuador la radiación es mayor), por lo que lo adecuado es hacer una compra personal de protección.
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Las cremas solares “caducan”
Una vez abierta la crema su eficacia está garantizada únicamente durante los 12 meses posteriores, por lo que si de verdad queremos protegernos no es buena idea “reutilizar” protectores de un año para otro.