6 indicadores para prevenir la violencia de pareja sobre las adolescentes
Cuando nuestros hijos llegan a la adolescencia, los padres hemos de enfrentar un nuevo reto: sus primeras relaciones sentimentales. Esto no es un motivo de alarma, ya que forma parte de su proceso de maduración y crecimiento, sin embargo, cada vez es más frecuente encontrar el fenómeno de la violencia de pareja entre adolescentes, por ello, tenemos que estar atentos a las posibles señales de que la relación que nuestra hija o hijo está estableciendo no es todo lo sana que desearíamos.
En este artículo vamos a tratar sobre la violencia de pareja que el hombre ejerce sobre la mujer por ser el que se da con mayor frecuencia, pero eso no quiere decir que no se produzcan igualmente situaciones de violencia de pareja de la mujer sobre el hombre y, en el caso de relaciones homosexuales, de violencia ejercida por un hombre contra un hombre, o de una mujer contra una mujer.
De igual forma, y sin querer profundizar mucho en las causas puesto que podrían llevarnos casi a presentar una tesis en el ámbito de la sociología, en esta publicación queremos huir del uso de términos como “violencia de género”, “violencia sexista” o “violencia doméstica”, dado que nos parece mucho más acertado para el tipo de situación que tratamos de describir (y prevenir) el término “violencia de pareja”.
Entre los indicadores de que puede estarse gestando una situación de violencia de pareja sobre nuestra hija cabe destacar los siguientes seis:
- 1) Un constante control de su pareja sobre lo que ella hace, con quién está, horas a las que ha vuelto a casa etc.
- 2) Intento de control de sus redes sociales y comunicaciones. Exigir las claves de acceso a redes sociales, correo electrónico etc. o revisar su móvil como muestra de confianza.
- 3) Celos excesivos. No quiere que tenga contacto con ningún otro chico y si queda con algún amigo o compañero de instituto se produce una fuerte discusión.
- 4) Prohibiciones. Intenta controlar su forma de vestirse o arreglarse, la pide que no se maquille o vista ciertas prendas.
- 5) Distanciamiento del grupo de amigos y/o de la familia. Podemos observar que ella se va separando de su grupo habitual de amigos y solo se relaciona con su pareja y los amigos de ésta.
- 6) Chantaje. Para conseguir que nuestra hija acceda a todas las exigencias recogidas en los puntos anteriores utiliza constantemente el chantaje emocional o amenaza con poner fin a la relación.
¿Cómo intervenir en un caso de violencia de pareja entre adolescentes?
Si efectivamente creemos que nuestra hija puede estar siguiendo un patrón de relación sentimental poco saludable lo primero que debemos hacer es hablar con ella: obtener toda la información posible, descartar que se hayan producido agresiones físicas o verbales. Si se ha producido algún tipo de agresión hay que comenzar el procedimiento legal correspondiente, y para ello se puede utilizar la Asistencia Jurídica que brindan nuestros seguros de Protección Familiar Decesos.
Si aún no se han llegado a producir agresiones pero la relación no es saludable hay que intentar que comprenda que el comportamiento de su novio no es normal ni excusable. No se trata de prohibir, pues entonces puede que la relación continúe a escondidas y ya no tengamos ninguna información sobre lo que está ocurriendo, sino de dialogar. Si vemos que no tenemos los recursos suficientes para convencerla lo mejor es consultar a un profesional de la psicología (por ejemplo, utilizando la Asistencia Psicológica de nuestros seguros de decesos) para que nos ayude en este proceso.