
Lo que Don Quijote nunca dijo
¿Por qué se celebra el 23 de abril el Día del Libro?
Desde 1926, cada 23 de abril se celebra el Día Internacional del Libro, fiesta que rinde homenaje a la cultura y en especial a la escrita. El mundo editorial adoptó tal 23 de abril por ser el día en el que fallecieron los dos grandes inventores la literatura moderna: Shakespeare y Cervantes.
Si bien la coincidencia entre la muerte de ambos escritores no es del todo exacta, pues sus biografías no son nada conocidas -de hecho, los pocos datos de que disponemos inducen más a la confusión que a la claridad-, en el dato concreto relativo a su fallecimiento, sin entrar en más polémica, cierta confusión con la documentación legal del fallecimiento de Cervantes impide datar el óbito con certeza.
Citas célebres erróneamente atribuidas al Quijote
Día arriba, día abajo, el 23 de abril se celebra el Día del Libro, y a propósito de la efeméride seguramente proliferen en los periódicos, en las televisiones, en las redes o en las conversaciones de la calle, reseñas y menciones al libro más vendido después de la Biblia: El Quijote.
Si estás leyendo este blog tal 23 de abril, puede que vayas a tener la oportunidad de “desfacer” algún “entuerto” literario cuando hoy oigas citar la inmortal obra de Cervantes, pues a menudo la citamos erróneamente.
Más que una novela que la gente lee, el Quijote se ha convertido en un mito popular, en algo vivo que más de 400 años después se sigue transmitiendo oralmente, hasta los más ajenos a la lectura, hasta quien no haya sostenido jamás un ejemplar de la obra entre sus manos, conoce, siente, piensa e identifica el arquetipo que encarnan el caballero de la triste figura y su fiel escudero.
Por esta especie de conocido desconocimiento, las fronteras entre verdad y ficción, entre realidad y mentira se difuminan, tal y como le pasaba al ingenioso hidalgo al contemplar sus molinos, que al él se le figuraban gigantes, con el paso de los siglos seguimos atribuyendo frases y hechos que el personaje nunca dijo ni hizo.
A continuación, os damos cuatro ejemplos de frases que con toda seguridad has oído citar como si hubieran salido de la boca del manchego, pero la realidad es otra muy distinta.
Ladran, luego cabalgamos
“Ladran, luego cabalgamos”, o su variante “Ladran, señal de que cabalgamos” es una de las citas erróneamente atribuidas a Don Quijote que en los últimos tiempos es más que frecuente oír en boca de, por ejemplo, sin poner nombres ni apellidos, muchos políticos del panorama nacional. Pero lo cierto es que esta afirmación, si bien cabría perfectamente en el personaje, jamás salió de boca de Don Quijote.
El único registro escrito en el que encontramos esta sentencia es en un poema de Goethe llamado El Labrador.
Con la Iglesia hemos topado
A diferencia del ejemplo anterior, esta frase sí la pronuncia Don Quijote en el capítulo IX de la segunda parte, sin embargo, como sostenía el especialista Martín de Riquer, en el pasaje de la obra en la que se pronuncia esa frase no se encuentra la intención o doble sentido contra la Iglesia como institución con el que la frase ha trascendido al repertorio popular. Sancho y Don Quijote caminan en una noche oscura en busca del palacio de Dulcinea y topan, literalmente, con la iglesia del pueblo.
Sin embargo, también es cierto que años antes de que Cervantes publicase El Quijote, existen registros escritos de la doble intención de esa frase, como en la obra de José de Sigüenza Vida de San Gerónimo:
Desean (y defienden con muchos siervos) que la Sagrada Escritura esté traducida a todas las lenguas vulgares, para que la lea el oficial y el jornalero, la vieja y la doncella, hombres plebeyos y muchachos. ¡Oh cuidadosos hombres del bien de los hombres! ¡Qué píos censores y celadores de las buenas costumbres de la Iglesia nos hemos topado!
De buenas cenas están las sepulturas llenas
En este caso, no nos hallamos ante un problema de cita errónea, ya que se trata de un refrán popular, el error aquí viene por afirmar que este es uno de los infinitos refranes que pronuncian caballero y escudero y con los que se tejen la mayor parte de los diálogos cervantinos. En ningún momento ni Sancho ni Don Quijote citan literalmente el refrán, pero la confusión viene por ese famoso pasaje en el que Don Quijote adoctrina a Sancho, que está a punto de convertirse en gobernador de la irreal Ínsula de Barataria, sobre los dones, virtudes y templanzas que un gobernante ha de mostrar en sus modales y hábitos, en particular los culinarios.
Al bien hacer jamás le falta premio
La última de nuestras apócrifas citas quijotescas fue utilizada incluso por la Real Federación Española de Fútbol con motivo del 4º centenario del Quijote, comparando el buen y humilde hacer de la selección con el del hidalgo:
«Además, la Selección ha apostado por el buen trato al balón ya que en palabras de Don Quijote “al bien hacer jamás le falta premio” y “bien predica quien bien vive”.
Esta cita no se encuentra en Don Quijote, sin embargo, sí es una cita cervantina, pero de la obra El rufián dichoso, de sus Ocho comedias y entremeses nunca representados.