Cada vez son más los niños que sufren alergia al polen, especialmente en primavera. Sin embargo, en los más pequeños, que no siempre saben explicar bien lo que sienten, estos síntomas pueden confundirse con un resfriado. Saber diferenciarlos es clave para aliviar su malestar y actuar a tiempo.

Principales síntomas de la alergia al polen en niños

  • Los síntomas más habituales en la infancia incluyen:
  • Picor, enrojecimiento o lagrimeo de ojos
  • Picor nasal, estornudos o moqueo acuoso
  • Picor de garganta o carraspeo constante
  • Picor de oídos
  • Tos nocturna, fatiga o sensación de opresión torácica
  • Irritabilidad o malestar general asociado al conjunto de molestias

 

¿Cómo diferenciar una alergia de un resfriado?

Aunque algunos síntomas pueden coincidir, existen varias diferencias clave entre una alergia al polen y un resfriado común.

En primer lugar, la alergia no provoca fiebre ni dolores musculares, mientras que un resfriado sí puede incluir estos síntomas generales de malestar. La mucosidad en la alergia suele ser clara y persistente, mientras que en un resfriado tiende a espesarse y cambiar de color con el paso de los días.

Otra diferencia importante es que los síntomas de la alergia varían según el entorno: tienden a empeorar en exteriores o en zonas con mayor presencia de polen, como patios escolares, parques o zonas rurales. En cambio, el resfriado mantiene una sintomatología constante, sin relación directa con el lugar donde se esté. Además, la duración también es un indicativo útil: mientras que un resfriado suele remitir en una semana, la alergia puede alargarse durante varias semanas o incluso meses, dependiendo del periodo de polinización de la planta causante.

 

¿Qué hacer si se sospecha alergia al polen?

  • Consultar al pediatra: Si se presentan síntomas respiratorios, puede derivar al alergólogo. En caso contrario, el propio pediatra puede pautar tratamiento sintomático.
  • Observar patrones de aparición: Detectar en qué lugares y momentos empeoran los síntomas puede ayudar a identificar el alérgeno responsable.
  • Evitar la automedicación: Especialmente en menores, el diagnóstico y el tratamiento deben venir siempre de un profesional médico.

 

Recomendaciones para reducir la exposición al polen

  • Ventilar la casa durante media hora por la mañana, cuando la concentración de polen es menor.
  • Mantener las ventanas cerradas por la noche.
  • No tender la ropa en exteriores durante la temporada de polinización.
  • Evitar, en la medida de lo posible, los desplazamientos del niño en bicicleta o al aire libre en días de alta concentración de polen.
  • Mantener las ventanillas del coche cerradas y revisar los filtros antipolen del vehículo.
  • Usar gafas de sol en exteriores para reducir la afectación ocular.
  • Priorizar actividades en interiores durante los periodos de mayor carga de síntomas.