
Cómo usar correctamente el Aceite de Oliva Virgen Extra (AOVE)
El aceite de oliva es uno de los milagros de la “dieta mediterránea”, tanto por su sabor, elaboración, accesibilidad o sus propiedades frente a otras alternativas como aceites vegetales o mantequillas, más implantados en otros países europeos y del resto del mundo. Estamos en España, así que no es necesario convencer a ninguno de nuestros posibles lectores de los beneficios de este “oro líquido”, así que sin más dilación podemos pasar al tema del artículo de hoy: los 4 consejos sobre cómo usar correctamente el aceite de oliva virgen extra, en lo que se refiere al uso, consumo y conservación del mismo.
Y, aunque lo que vamos a explicar es aplicable a cualquier clase de aceite, nos vamos a referir al aceite de oliva virgen extra porque es, sin duda, el más recomendable.
¿Qué es el aceite de oliva virgen extra (AOVE)?
Indicar, en primer lugar, que el AOVE no recibe su denominación por proceder de un tipo de aceituna en concreto (Picual, Hojiblanca, Arbequina y Cornicabra son los tipos más frecuentes de aceituna en España), sino que es por el proceso de refinamiento y las cualidades finales resultantes por lo que podremos catalogar el aceite como virgen extra, virgen, refinado u orujo de oliva. En concreto, lo que marca la cualidad de virgen extra es que el aceite no presente un grado de acidez mayor de 0,8, siendo 0,1 el indicar de un AOVE de mayor calidad.
Cómo usar correctamente el Aceite de Oliva Virgen Extra
–Reutilizar el aceite. De “toda la vida”, en los hogares españoles se ha destinado un tarrito para la reutilización del aceite, o varios, si era aceite de pescado, o aceite de fritos y patatas; de un tiempo a esta parte, en muchos blogs de internet, podemos leer advertencias sobre las nocivas consecuencias de reutilizar aceites. Y no dejan de tener parte de razón: en el proceso de fritura, el aceite va quemando antioxidantes y otros nutrientes que acaban generando grasas y sustancias nocivas para la salud, sin embargo, esto aplica para, sobre todo, aceites no AOVE y para otro tipo de aceites vegetales o de semilla, que poseen muchísima menos cantidad de antioxidantes y que, por lo tanto, combustionan mucho más rápido en los procesos de refritado. Pese a que el AOVE también tiene sus límites, su reutilización es totalmente posible y duradera.
–Conservación del aceite. Hablamos de conservación en dos sentidos: cuando hacemos acopio grande porque la relación precio/litros, como en todo, es inversamente proporcional -cuantos más litros compremos más barato nos saldrá-, y también en el sentido de conservar el aceite una vez abierto, durante su uso diario. El aceite siempre debemos guardarlo bien cerrado, para evitar el contacto con el aire, en lugares sin luz directa, sin ningún foco de calor cercano (cerca de radiadores, del motor de la nevera, hornos, vitrocerámicas etc.), o junto a otros alimentos o elementos de la casa que tengan mucho olor. Si el aceite se expone demasiado a cualquiera de estos elementos, puede enranciarse y perder propiedades, seguirá pudiendo utilizarse pero perderá sabor y calidad.