
Mi hijo tiene dermatitis atópica: ¿qué puedo hacer?
¿Qué es la dermatitis atópica?
La piel de los más pequeños tiene algunas diferencias con la piel adulta, esto hace, entre otras cosas, que entorno a un 30% de los bebés presenten dermatitis atópica.
La dermatitis atópica es una enfermedad de carácter crónico que provoca que la piel no realice, todo lo eficientemente que debería, su función de barrera protectora.
Se manifiesta con irritación o inflamación acompañada de picor, eccemas y deshidratación. Además, los pequeños suelen rascarse los eccemas, lo puede generar, además, infecciones.
Como ya hemos comentado, se trata de una afección frecuente en bebés y que en muchos casos remite con la edad, pero, al resultar muy molesta para los pequeños, preocupa especialmente a los padres.
¿Cómo prevenir y curar la dermatitis atópica?
Aquí os dejamos algunos consejos para cuidar la piel atópica de nuestros hijos.
- El baño es fundamental. Baños cortos, con agua tibia y usando productos específicos (el ph es algo distinto). También es importante secar muy bien la piel, sin frotar y siendo especialmente delicados si hay eccemas.
- La ropa. Las prendas de vestir han de ser preferiblemente de algodón, evitando las fibras sintéticas y la ropa ajustada.
- La hidratación de la piel. Aun cuando veamos bien el aspecto de la piel, es importante seguir hidratándola a diario con productos específicos (no solo aportan hidratación a la piel, también la tratan). Si hay un brote (eccemas) y el bebé está incómodo o se ha producido una infección por rascado, tendremos que consultar al pediatra la conveniencia de aplicar otro tipo de cremas (con antiinflamatorio, por ejemplo).
- La temperatura. Evitar las temperaturas excesivas y la exposición directa al sol. El sudor es otro factor que empeora la dermatitis atópica y la exposición directa al sol aumenta la inflamación. Por ello, es importante el uso de protectores solares de barrera física, en primer lugar, para no aplicar químicos en la piel dañada y, en segundo lugar, para proteger de otros agentes irritantes como el cloro, la arena etc.
- El lavado de prendas de vestir y ropa de cama. Debemos lavar todo aquello que vaya a estar en contacto con la piel del bebé con detergentes hipoalergénicos.
- La higiene de manos y uñas. Mantener las uñas cortas, cepillarlas frecuentemente, así como mantener una correcta higiene en las manos ayudará a que, en el caso de producirse rascado, el riesgo de infección sea menor.
- Los baños de avena pueden calmar el picor y no tienen ninguna contraindicación.