
Golpe de calor: cómo evitarlo y actuar ante él
Ya han llegado las altas temperaturas a nuestro país y, tristemente, las noticias de personas que fallecen a causa de las temperaturas extremas. Por ello, es importante recordar qué es un golpe de calor, cómo podemos evitarlo y cómo actuar ante él si creemos que alguien está sufriendo uno.
¿Qué es un golpe de calor?
Un golpe de calor se produce cuando las temperaturas ambientales son muy altas y por un motivo u otro nuestro sistema de termorregulación fracasa, haciendo que la temperatura corporal se dispare por encima de los 40º. Esto puede desencadenar un fallo multiorgánico que puede llevarnos incluso a la muerte. Son especialmente vulnerables a sufrirlo los ancianos, los niños pequeños y los enfermos respiratorios.
¿Cómo evitar un golpe de calor?
Para evitarlo es importante seguir las recomendaciones de los expertos:
- 1) Hidratarse adecuadamente durante todo el día: siguiendo una dieta rica en frutas y verduras, evitando las comidas copiosas y excesivamente grasas durante las horas de mayor calor y bebiendo al menos un litro y medio de agua al día.
- 2) Evitar la exposición al sol en las horas de mayor calor.
- 3) No realizar ejercicio físico cuando el calor es más intenso.
- 4) Mantenerse en la medida de lo posible a la sombra cuando caminemos por la calle y proteger la cabeza con gorras o sombreros.
- 5) Usar ropas ligeras que permitan la transpiración y ventilación del propio cuerpo.
¿Cuáles son los síntomas de un golpe de calor?
Los síntomas que nos indicarían que alguien a nuestro alrededor está sufriendo un golpe de calor son los siguientes:
- Mareos y dolor de cabeza.
- Náuseas.
- Confusión y desorientación.
- Calambres.
¿Cómo actuar ante un golpe de calor?
Si observamos estos síntomas en alguien cuando las temperaturas son elevadas debemos sospechar que se trata de un golpe de calor y, lo primero que debemos hacer es pedir asistencia sanitaria. Mientras esa asistencia llega intentaremos reducir la temperatura corporal de esa persona: desplazándole a la sombra, quitándole ropa, abanicándole, con compresas de agua fría y ofreciéndole agua para beber (a sorbos pequeños y no excesivamente fría). Si es posible mantendremos a la persona recostada con la cabeza ligeramente inclinada hacia atrás para favorecer la entrada de aire en sus vías respiratorias.
Con estas sencillas recomendaciones podemos conseguir que una situación potencialmente mortal no llegue a serlo.