
Cómo ahorrar luz en verano y no abrasarse en el intento
El aire acondicionado, nuestro mayor aliado en los calurosos meses de verano, será también el factor que más encarezca nuestra factura de la luz en estos meses de calor sin tregua, sobre todo si nuestro aparato de aire acondicionado no posee un certificado energético A+++ o al menos A+ (los electrodomésticos con este tipo de certificados resultan algo más caros en el momento de su compra, pero a la larga está demostrado que la inversión compensa en el ahorro). Por ello, a continuación, os vamos a dar 7 consejos para ahorrar luz en verano sin abrasarnos en el intento.
7 consejos para ahorrar luz en verano sin abrasarnos en el intento
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Reducir el uso de los electrodomésticos que más luz consumen: Como decíamos, el aire acondicionado dispara las facturas eléctricas, pero su uso es casi inevitable en estos meses estivales. Sin embargo, él no es el único electrodoméstico responsable de tamañas facturas, en orden de mayor a menor nivel de consumo, otros electrodomésticos del hogar son responsables de las mismas:
a) Secadora
b) Vitrocerámica
c) Secador de pelo
d) Lavadora
e) Plancha
f) Lavavajillas
g) Tostadora
De algunos de los electrodomésticos de esta lista podríamos prescindir, o al menos reducir su uso, perfectamente durante el verano: preparar más comidas o ensaladas frías en las que no sea necesario el uso de placa u horno, dejar que el pelo seque de forma natural etc.
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Electrodomésticos en standbye: Por standbye entendemos ese estadio en el que un aparato electrónico no está en funcionamiento, pero permanece encendido mínimamente. Este estadio de “duermevela eléctrica” es responsable de consumir hasta 70 W/h, por lo que si desconectáramos totalmente todos esos electrodomésticos que quedan en standbye (el televisor, el router, la impresora etc.) durante la noche, o durante el tiempo en que no los estemos usando, el ahorro energético será considerable.
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Bombillas LED: Además del ahorro energético que supone una bombilla LED frente a una bombilla tradicional o incandescente, éstas últimas desprenden la mayor parte de su energía en forma de calor, por lo que usarlas será echarle más leña al fuego del verano. Si en casa todavía tienes bombillas incandescentes, es hora de que te decidas a reemplazarlas por LED.
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Impide que el calor entre en casa. La mayor parte del calor a nuestras casas entra por las ventanas, por lo que podemos ponerle una serie de aduanas:
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si tienes alfeizar, coloca algún tipo de arbusto que tape la ventana, permitirás que la luz entre en casa pero gran parte del calor se quede retenido en él.
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el uso de persianas térmicas, cortinas, estores etc. Mantenerlos bajados durante las horas de máximo calor puede llegar a rebajar la temperatura del interior de la casa hasta los 20º
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cuando refresque por la noche, abre las ventanas y las puertas de las estancias y deja que se creen corrientes de aire.
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Efectos especiales. Existen multitud de trucos para refrescarnos en verano, pero dos de los más sencillos y efectivos son: antes de encender el aire acondicionado, enciende un pequeño ventilador y coloca delante de él un cuenco con agua y hielo, convertirás el aire del ventilador en una brisa refrescante; también puedes irte a la cama con una botella de agua congelada y colocarla a tus pies.
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Los ventiladores de techo deben reajustarse durante el verano para que sus aspas giren en sentido contrario a las agujas del reloj, de esa forma conseguirás producir más brisa y no solo remover el aire caliente.
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Por último, si el calor sigue venciendo en la batalla por refrescarnos, enciende el aire acondicionado, pero asegúrate de limpiar a menudo el filtro, al que podrás acceder desde la rejilla delantera, esta limpieza te ayudará considerablemente a hacer que el consumo del aparato sea más económico.