Hoy sábado 2 de abril se celebra el Día Mundial del Autismo, un trastorno que afecta a un 1% de la población mundial, cifra más que elevada si pensamos que en el mundo hay, aproximadamente, unos 7.229.916.048 de personas. El simple hecho de que la Asamblea General de Naciones Unidas haya decidido dar relevancia al trastorno con un día al año, nos indica el calado que el autismo tiene entre sus afectados así como en la comunidad médica.
Tal y como hemos hecho con las efemérides de otras enfermedades como el Alzheimer o el Cáncer, desde el blog de seguros Almudena queremos sumarnos al Día Mundial de concienciación sobre el Autismo ayudando precisamente en esa concienciación con este artículo en el que expondremos a nuestros lectores los aspectos más conflictivos de este trastorno.
Pero centrémonos en lo que nos ocupa: ¿qué es el autismo? El autismo es un trastorno con dos características principales
Estos síntomas están presentes desde la infancia y limitan el funcionamiento cotidiano. No obstante, si queremos ser rigurosos, hablar de Autismo es demasiado vago o general, ya que las manifestaciones de estos síntomas, como veremos en el siguiente apartado, pueden variar mucho en función de la capacidad intelectual, la edad del afectado, la gravedad de la afección, las estrategias de compensación generadas, etc.
Así, por la dificultad a la hora de catalogar los síntomas se ha generado la categoría de Trastornos de Espectro Autista (TEA) que incluye los trastornos previamente llamados: autismo de primera infancia, autismo infantil, autismo de Kanner, autismo de alto funcionamiento, autismo atípico, trastorno generalizado del desarrollo, trastorno desintegrativo de la infancia y trastorno de Asperger.
Los Trastornos de Espectro Autista se manifiestan principalmente en tres aspectos del individuo:
Generalmente los síntomas se reconocen en el segundo año de vida, pero se pueden notar antes si la afectación es grave o después si es menor. Muchas veces son los padres los que dan la voz de alarma para la evaluación cuando se produce una regresión en las capacidades adquiridas de interacción social o lenguaje durante este segundo año de vida.
Los primeros síntomas suelen ser la falta de interés social o las interacciones sociales inusuales (llevar de la mano a alguien sin mirarle por ejemplo), el retraso para lo evolutivamente esperable en el lenguaje o patrones de comunicación inusuales (no responder al propio nombre) o los patrones de juego extraños (jugar a alinear objetos durante horas puede ser un ejemplo).
Respecto a qué causa este trastorno no hay un acuerdo dentro de la comunidad clínica, las estimaciones de transmisión hereditaria varían entre estudios desde un 37% a más de un 90%. Aunque sí hay un acuerdo entre casi todos los investigadores en que el Trastorno del Espectro Autista es un trastorno con un origen claramente biológico, sus causas todavía no han sido descubiertas. Actualmente se estudian hipótesis fisiológicas, infecciosas, bioquímicas, inmunológicas y genéticas, principalmente. Esperemos que durante los próximos años se puedan esclarecer las causas del autismo, pues eso redundará en una mayor comprensión del trastorno y un mejor tratamiento.
En cuanto al pronóstico, la ausencia de discapacidad intelectual y la falta de deterioro en el lenguaje (un lenguaje funcional a los 5 años de edad) serían los signos de un buen pronóstico, así como la ausencia de otras patologías asociadas (por ejemplo la epilepsia).
Un prejuicio bastante extendido es que todas las personas con trastorno del espectro autista tienen una discapacidad intelectual, es cierto que muchos pacientes con trastornos del espectro autista tienen asociado un deterioro intelectual, pero también los hay con un perfil cognitivo normal, incluso los hay con muy altas capacidades. De igual modo pasaría con las autolesiones, son un síntoma que puede estar presente en algunos casos, pero no en todos.