El coronavirus nos confinó en casa, y el confinamiento disparó, unas veces por necesidad, otras por simple aburrimiento, el tiempo y el alcance de nuestra vida digital (teletrabajo, compras por internet, videollamadas etc.), con ello, los delitos tradicionales descendieron y, lógicamente, los delitos informáticos aumentaron en nuestro país, si bien su aumento ya se venía registrando por el Observatorio Nacional de Delitos Informáticos desde 2018.
Las Comunidades Autónomas que registran más número de delitos digitales son Cataluña, Madrid y Andalucía
Los delitos digitales más frecuentes en España son:
Como vemos, el fraude informático acapara casi el 90% de los delitos informáticos que se cometen en España, por lo que va a ser en él en el que nos detengamos.
Con fraude informático nos referimos, básicamente, a estafa, pero perpetrada en la vida digital mediante recursos y procedimientos, evidentemente, digitales e informáticos. Las prácticas más comunes dentro del fraude o estafa informática son:
carding: tráfico o robo de tarjetas de crédito o información bancaria en línea.
Ejemplos de estas prácticas fraudulentas hemos tenido a montones durante la cuarentena del COVID19: a propósito del coronavirus, hemos recibido emails o mensajes de Whatsapp invitándonos a clicar para hacer donaciones por la enfermedad, para recibir información sobre la misma, o para ingresar nuestros datos para recibir alguna de las prestaciones sociales etc.
Para empezar, debemos tener como normal general el jamás facilitar nuestros datos personales por internet, una vez esto, pueden sernos de utilidad para prevenir el fraude informático los siguientes consejos:
No debemos caer y debemos desconfiar de todos aquellos mensajes que nos apremian a realizar acciones con premura y urgencia: avisos de multas, de sanciones o, desde otro punto de vista, avisos de sorteos, premios, cuentas atrás etc.
Debemos siempre comprobar la url del lugar en el que entramos, aunque estéticamente el lugar cumpla con todos los requisitos oficiales: logos, marca, eslóganes, colores corporativos… la url del lugar no será la oficial y previsible. Además, los buscadores nos ofrecen la indicación de si se trata de una url segura o no: una url segura siempre comenzará por https:// y seguidamente llevará el icono de un candado cerrado. Otra práctica ilícita que nos puede indicar que se trata de una url fraudulenta puede ser cualquier variación ortográfica en el nombre de la empresa, por ejemplo, en lugar de “almudenaseguros” podríamos encontrar “a1mudenaseguros” o “almudenaseguros”, al ser una errata tan pequeña (una variación o una ausencia) muchas veces nuestro cerebro termina de leer el nombre antes de que nuestros ojos hayan acabado de radiografiar cada una de las letras.
Tener actualizados los buscadores, así como los equipos de protección y antivirus de nuestros dispositivos.
Es importante que denunciemos cualquier práctica fraudulenta que detectemos, muchas veces, estas estafas crecen a costa de la vergüenza de los afectados en declarar que han sido objeto de la estafa de un sorteo pueril.
Pero la mejor protección frente al fraude informático es disponer de la Asistencia Informática que incluyen nuestros seguros de hogar, que contempla diferentes coberturas destinadas a paliar y defendernos de estas malas prácticas del mundo digital:
También contaremos con una cobertura económica para resarcir los daños ocasionados por el uso fraudulento de nuestras tarjetas de crédito por internet.
Por último, la cobertura de Asistencia Jurídica podrá asesorarnos y defendernos en caso de sufrir fraude informático, así como realizar por nosotros las oportunas reclamaciones de daños.